Dicho esto, las cinco causas más comunes de incontinencia en mujeres mayores de 50 años son:
Incontinencia de esfuerzo
Este tipo de incontinencia es la más frecuente y se produce cuando se ejerce presión sobre el abdomen, por ejemplo al estornudar, toser, levantarse de la cama o una silla, reír o durante algunos tipos de ejercicio. Cuando el cuello de la vejiga y la uretra no se cierran correctamente, debido a algún tipo de debilidad estructural, esta presión hace que la orina sea liberada desde la vejiga. Las personas que tienen músculos fuertes en esa área pueden soportar la presión adicional y, por lo tanto no son incontinentes.
Muchas mujeres experimentan incontinencia de esfuerzo por primera vez después del parto, cuando los músculos del suelo pélvico que soportan a la vejiga y la uretra se estiran y se debilitan. Hay casos en los que el problema puede persistir durante años.
Luego, en la menopausia, los tejidos que recubren la uretra pueden adelgazar debido a la pérdida de estrógenos, y como resultado la vejiga y los músculos del esfínter uretral se debilitan. Las personas que han tenido una cirugía colorrectal o una histerectomía completa/parcial también están en mayor riesgo.
Incontinencia de urgencia
La incontinencia urgente, también conocida como vejiga hiperactiva, es una necesidad repentina y fuerte de orinar. Una causa común es el daño nervioso sufrido a raíz de ciertas enfermedades, como la enfermedad de Parkinson. Los nervios pueden enviar información incorrecta al cerebro sobre cuándo la vejiga necesita vaciarse.
La incontinencia urgente también puede ser el resultado de otras condiciones médicas, como un accidente cerebrovascular, diabetes, infección o un tumor que bloquea las señales nerviosas. Sin embargo, en la mayoría de los casos crónicos, no se puede encontrar una causa específica para la incontinencia de urgencia.
Incontinencia funcional
En esta situación, la persona tiene un control normal de la vejiga, pero las limitaciones físicas perjudican la capacidad de usar un inodoro con rapidez. Por ejemplo, la persona puede tener artritis o enfermedad de Parkinson, lo que hace que sea difícil moverse rápida y eficientemente. Las personas que sufren de demencia (como la enfermedad de Alzheimer) pueden tener incontinencia si olvidan o no notan su necesidad de ir al baño.
Incontinencia de desbordamiento
En la incontinencia de desbordamiento, la persona nunca siente el impulso de orinar y la vejiga simplemente sigue llenándose, hasta que comienzan a liberarse pequeñas cantidades de orina.
En algunos casos, causados por daño nervioso, el cerebro no es avisado de que la vejiga está llena, hasta que es demasiado tarde. En otros casos, la causa es una obstrucción de la salida de la vejiga debido a una cirugía previa o un prolapso.
Incontinencia mixta
Muchas personas mayores tienen una combinación de varios tipos de incontinencia, como incontinencia de esfuerzo con incontinencia de urgencia, o incontinencia de urgencia con incontinencia funcional.
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