¿En qué momentos hemos pensado en pedir ayuda? o incluso nos hemos decidido a buscarla de manera profesional, ¿Cuándo la idea de ir con un psicólogo no parece tan descabellada?… Sin duda en momentos donde todo nos parece terrible y sin posibilidad de aparente solución, esto significa que estamos pasando por una situación de crisis.
Pero, ¿que son los momentos de crisis emocional? los podemos definir como “un estado de riesgo que genera desequilibrio afectivo, cognitivo y conductual”, pero también es donde se tiene la oportunidad de crecer, madurar y capacitarse para manejar mejor situaciones adversas.
Las crisis tienen su origen en condiciones fuera del control de la persona (condiciones externas) o por conflictos emocionales (condiciones internas), que se experimentan al percibir que no se está preparado para afrontar una situación. Ejemplos de momentos de crisis emocional por condiciones externas son los que se dan como consecuencia de:
Catástrofes naturales.
Accidentes.
Despidos laborales inesperados.
Enfermedades graves.
Escenarios bélicos.
Afectaciones por delitos o actos terroristas.
El fallecimiento de un ser querido.
O cualquier evento que implique un cambio drástico en nuestro entorno.
En donde el sentir que “todo es terrible” es un hecho, pues hay factores que vulneran directamente a la persona que se encuentra en crisis: viviendas destruidas, bienes perdidos, personas desaparecidas, etc.
Sin embargo hay otros momentos de crisis emocional que no dependen directamente de los hechos, sino de sensaciones subjetivas, es decir, del significado que cada persona da a un evento. No significa que sean menos dolorosas, la diferencia esta en los obstáculos que afrontar y los recursos necesarios para superarlos (externos o internos). Algunos ejemplos de crisis emocional por condiciones internas son:
Sentirse triste y sin motivación por la vida.
Pensar que nadie nos quiere.
Culparnos por los problemas de la relación de pareja.
Creer que el pasado no nos dejará vivir tranquilos.
Sentirnos insatisfechos con nosotros mismos.
Estar convencido de que jamás solucionaremos los problemas.
Creer que somos incapaces de gestionar las emociones.
Sentir que tenemos tantos problemas que no viene al caso empezar a solucionarlos.
O cualquier evento que afecte la forma en que percibo mi vida (o a mi mismo) y por lo tanto mi bienestar.
EFECTOS PSICOLÓGICOS DE LAS CRISIS:
Llanto incontrolado, enojo, tensión, ansiedad, lamentos.
Negación de sentimientos y pensamientos.
Intentos de explicación o recuerdos involuntarios sobre el evento que causó la crisis.
Falla en la atención, concentración, memoria, aprendizaje.
Insomnio, dificultad para conciliar el sueño, pesadillas.
Falta de apetito.
Fatiga, baja energía.
Por lo tanto los momentos de crisis emocional son una respuesta esperada a eventos que ponen en riesgo o amenazan la integridad física y/o la calidad de vida de una persona. Las personas que pasan por una situación de crisis se ven ante la necesidad de enfrentar situaciones para las que no están preparadas y que no pueden postergar, por lo que al ser un evento emocionalmente significativo implica un cambio radical en su vida.
Además al ser el estrés un componente principal, puede permanecer aun cuando el evento de crisis ya no esté presente y por lo tanto sus efectos. La intensidad de los efectos puede variar según el tipo de crisis que se experimente, las crisis que están fuera de nuestro control son las que generalmente mayor intensidad generan y se requiere de un tipo específico de tratamiento.
Las sensaciones subjetivas que se pueden generar en el día a día como sentir tristeza, soledad, inadecuación social, problemas de pareja o incluso una enfermedad física dan pie a la inestabilidad emocional, es en estos casos que se requiere de una transformación en nuestra “forma de ser y pensar”, sí queremos afrontar la crisis y lograr superarla. Se podría decir que más que una “búsqueda de recursos”, se trata de un desarrollo de habilidades, perspectivas y opciones de solución que permitan afrontar la crisis, de modo que los efectos causados por la crisis se contengan y disminuyan. En un tratamiento psicoterapéutico, el profesional hará uso de las siguientes herramientas:
Escucha y evaluación del evento que causo la crisis: Identificando los síntomas y evaluando los riesgos.
Contención y seguridad: Apoyando a esclarecer cual es el problema a resolver y exponiendo recursos que generen seguridad a la persona que consulta.
Posibles soluciones: Explicando a la persona que consulta lo que representa su padecimiento pero también su tratamiento y con ello generar en la persona que consulta un posible plan de acción.
El plan de acción es donde se requiere de un trabajo más profundo y activo por parte del paciente, ya que si bien en las primeras intervenciones el profesional brinda herramientas que permitan la regulación de emociones, pensamientos y conductas, es decir contiene la crisis, requiere de tu colaboración para lograr un cambio radical. La colaboración incluye el estar dispuesto a hacer algunos cambios y el deseo de lograr cambios a largo plazo y no sólo de momento. Detener o negar el diálogo de lo que nos sucede y lo que nos hace sentir no es una equivocación, puede ser beneficioso como un primer paso, pero sólo lograrás superar una crisis si estas decidido a moldearte a ti mismo, regulando tus emociones y pensamientos de forma continua. Así que tú decides transformarte o conformarte.
Puedes consultar la publicación original en de Ayuda Psicológica en Línea.
Fuente: este post proviene de Ayuda Psicológica, donde puedes consultar el contenido original.
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