Conocemos como uñero a la inflamación que aparece bordeando a la uña cuando ésta se encarna. Un problema bastante doloroso y habitual que puede venir acompañado de infección y sangrado. En el artículo de hoy conoceremos las causas que pueden provocar este encarnamiento y cómo solucionarlo de manera efectiva y natural.
Los síntomas que nos alertan de que tenemos una uña encarnada son muy claros: piel enrojecida, inflamación de la zona alrededor de la uña y un dolor intenso incluso al tacto más débil. ¿Cuáles son las causas más comunes que favorecen la aparición de uñeros? principalmente por un mal corte de la uña, un crecimiento excesivo o anormal de la misma, el exceso de sudoración el uso de calzado muy justo.
Remedios para las uñas encarnadas
Pasta antiinflamatoria de cebolla
La cebolla puede ayudarnos a aliviar rápidamente el dolor, desinflamar la zona y tratar los uñeros de forma fácil y eficaz gracias a sus múltiples propiedades curativas.
Para beneficiarnos de sus excelentes cualidades lo único que hemos de hacer es pochar (cocer) una cebolla pequeña -o un trozo si es grande- durante unos minutos en agua. Una vez esté cocida la machacamos bien con un tenedor y la aplicamos directamente sobre la zona afectada. Cubrimos con una gasa y espradrapo y dejamos actuar durante toda la noche.
Remedio de sal y limón
La mezcla del limón con la sal es altamente desinfectante, por lo que resulta ideal para bajar la inflamación y curar los uñeros fácil y naturalmente.
Este remedio es tan sencillo como tomar medio limón grande, hacer un pequeño hueco en el centro, calentarlo unos segundos en el microondas, añadir algo de sal marina e introducir el dedo durante 20 o 30 minutos. Repite diariamente hasta 2 o 3 veces al día hasta que el uñero esté completamente curado.
Inmersión en agua con tomillo
El tomillo es una planta con grandes propiedades antiinflamatorias que nos ayuda además a combatir las infecciones y aliviar el dolor, por lo que resulta un excelente remedio para tratar naturalmente las uñas encarnadas.
Vierte en un recipiente algo más de un litro de agua y un buen puñado de tomillo. Déjalo hervir durante 3 o 4 minutos, retira del fuego y deja reposar unos minutos. Aún caliente, pero sin quemar, lo vertemos en otro recipiente en el que podamos introducir bien el dedo afectado. Déjalo sumergido en esta infusión de 10 a 15 minutos. Repite varias veces al día.
Clara de huevo
Un remedio sencillo y bastante eficaz. Lo único que has de hacer es batir una clara de huevo y aplicarla sobre la zona dolorida. No tienes por qué limpiar la zona, deja secar y vuelve a aplicar lo que te haya sobrado pasadas varias horas. Ideal para complementar cualquier remedio de los anteriores.
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