Contienen en gran cantidad de ácidos grasos esenciales, indispensables para nuestras células, sistema nervioso y neuronal. Son ricas en omega-6 y en omega-3, éste último en menor cantidad, por lo que protegen nuestro sistema cardiovascular, reducen los niveles de colesterol y la hipertensión, así como reducen los niveles de azúcar en sangre, ideal para las personas diabéticas. También cabe destacar su contenido en lecitina y colina, indispensables para mantener una buena capacidad mental y por tanto un cerebro saludable.
Las semillas de sésamo poseen todos los tipos de aminoácidos, haciéndolas muy ricas en proteínas. Entre estos aminoácios se encuentra el triptófano, por tanto el consumo de semillas de sésamo nos ayudará a combatir el nerviosismo, estrés, ansiedad, depresión, insomnio y la fatiga. Combinadas con cereales integrales aportaremos a nuestro organismo un valor nutricional perfecto.
Muy ricas en fibra también, sobretodo fibra soluble, indispensable para la buena salud de nuestro sistema digestivo.
Su contenido en minerales es considerable, sobretodo en calcio, pero también en fósforo, potasio, magnesio, zinc y cobre. Consumirlas mantendrá a nuestros huesos y nuestros dientes saludables ya que hay que tener en cuenta que es uno de los alimentos más ricos en calcio que podemos encontrar, superando con creces a otras fuentes de calcio como las almendras o la leche entera.
Por otro lado, destacaría su alto contenido en Vitamina E, lo que hace de estas semillas un potente antioxidante. Neutralizan los radicales libres, evitando la oxidación de las células, protegiendo de esta manera las células de nuestro cuerpo (anticancerígeno), previniéndonos de contraer enfermedades degenerativas y a nuestra piel del envejecimiento prematuro, a la vez que fortalecen nuestro sistema inmunitario.
El sésamo, no escasea en vitaminas tampoco, destacando las del grupo B, que nos ayudan a digerir las grasas, cuidan de nuestro corazón, de nuestra piel, del aparato digestivo, de los músculos y responsables de transformar los hidratos de carbono en energía.
Así que, no os faltan motivos para incluir este superalimento en vuestra dieta diaria. En mi caso, no falta un yogur al día, con semillas de lino, de sésamo, de chía y salvado de avena y trigo… buenísimo! Porque además el sabor es delicioso.
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