La investigación, publicada en el 'Journal of Neuroscience', abre la puerta al desarrollo de iniciativas de rehabilitación cerebral a través de la música. Y es que sus autores han descubierto que el aprendizaje de tocar un instrumento altera las ondas cerebrales y mejora las habilidades auditivas durante un corto período de tiempo. Este cambio de actividad demuestra la capacidad del cerebro para volver a conectarse y compensar las lesiones o enfermedades que puedan obstaculizar la capacidad de una persona para realizar tareas.
Bernhard Ross, autor principal del estudio, insiste en que "se trata de la primera investigación que demuestra que aprender a reproducir un sonido con un instrumento cambia la percepción cerebral del sonido de forma diferente a cómo lo hace escuchar música".
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