Ante la adversidad que en ocasiones nos llega en la vida, hay que tener agallas en esos momentos más complicados. Aquí te vamos a dejar cuatro claves, que pueden llegar a ser una nueva filosofía de vida, para que te ayude a salir fortalecido y lo menos afectado posible de los momentos de crisis.
Capacidad de recuperación o resiliencia:
La resiliencia es la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado por ellas de manera positiva.
Es el proceso por el que somos capaces de adaptarnos de la mejor manera posible a la adversidad, a una situación traumática, una tragedia, amenaza, o problemas familiares graves o de relaciones personales, problemas serios de salud o situaciones estresantes del trabajo o financieras.
Las investigaciones ha demostrado que la resiliencia puede ser natural al ser humano, y no algo extraordinario. Así todas las personas podemos desarrollar resiliencia en una situación extrema.
Cuando nos comportamos de manera resiliente no es que no suframos y experimentemos dificultades o angustias. El dolor y la tristeza es algo natural en las personas que han sufrido grandes adversidades o traumas en sus vidas. El camino hacia la resiliencia no es sencillo ni fácil, y está repleto de obstáculos que afectan negativamente a nuestro equilibrio emocional.
Afortunadamente la resiliencia no es una característica que se tiene o no tiene. Es una serie de conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas y desarrolladas por cualquiera de nosotros.
Ver más allá del momento y de lo obvio:
No podemos en muchas ocasiones evitar que ocurran circunstancias negativas que no dependen de nosotros, pero si podemos manejar la manera como reaccionamos ante estas. Se trataría de considerar que el presente negativo según como vino se ira, sería el significado de ese conocido refrán español “No hay mal que 100 años dure”.
La vida (nuestros comportamientos) guiada por los valores, por lo que queremos y no por evitar las sensaciones, emociones o pensamientos negativos.
Pasión por los ideales y metas:
Hay que tener metas realistas en relación con nuestros valores, con lo que queremos. Se trata de hacer algo regularmente que nos dirija hacia nuestras metas, aunque en principio te parezca que es un paso pequeño. En vez de enfocar nuestros esfuerzos en objetivos que resultan muy difíciles que consigamos centrarnos en las cosas que tenemos más probabilidad de lograr hoy y que se aproximen en la dirección hacia la cual queremos ir.
Valentía y autoconfianza:
Tenemos que buscar oportunidades para descubrirnos a nosotros mismos. Cuando nos vemos en la tesitura de luchar contra la adversidad, seguro que aprendemos algo nuevo sobre nosotros mismos. También sentiremos que hemos avanzado y crecido de alguna forma a nivel personal. Está demostrado que un porcentaje significativo de las personas que han experimentado tragedias y situaciones difíciles, han mejorado en el manejo de sus relaciones personales, han tenido un incremento en la fuerza personal aun cuando se sienten vulnerables, la sensación de que su autoestima ha mejorado, una espiritualidad más desarrollada y una mayor apreciación de la vida.
Potenciar una visión positiva de uno mismo hace desarrollar la confianza en nuestra capacidad para resolver problemas y confiar en nuestras capacidades.
Hay que ser valiente y aceptar que el cambio forma parte de la vida. Se trata de hacer alguna cosa que nos cueste hacer y que probablemente hemos estado postergando, algo que nos haga salir de nuestra zona de confort.
¿Tienes agallas frente a las adversidades
ESTOS SON MIS APORTES, DE LOS QUE PARTE SE UTILIZARON PARA EL ARTÍCULO DE SILVIA C. CARPALLO QUE SE PUBLICO EL 8 MARZO, 2017 EN EL SUPLEMENTO SMODA DE EL PAIS ‘Sisu’, el efectivo remedio finlandés cuando la vida te golpea
Miguel A. Rizaldos Lamoca
Psicólogo Clínico. Psicólogo online
Tratamiento psicológico online
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