Un diagnóstico médico crónico produce un sufrimiento. El parkinson es un ejemplo de ello. Este diagnóstico no solo produce una consecuencia física, sino también, psicológica. ¿Cómo convivir con la enfermedad?
1. Información personalizada de calidad
Es muy importante que el paciente consulte con su médico todas las dudas que pueden pasar por su mente. La información aporta conocimiento y empoderamiento personal frente a la enfermedad. Reduce la angustia porque evita la incertidumbre.
2. Vivir el presente
En cualquier momento y circunstancia de la vida es determinante vivir el presente, sin embargo, ante un diagnóstico de enfermedad como el parkinson todavía más. Porque el paciente puede observar su futuro desde la perspectiva del empeoramiento. Por pura higiene mental, es importante no dejar volar la imaginación hacia el mañana, no hacer predicciones dramáticas y vivir el día de hoy al pie de la letra.El paciente puede hacerse tantas preguntas o estar condicionado por el caso de algún familiar cercano que, conviene recordar, que todo paciente es único y cada enfermedad, por tanto, también lo es.
3. Formar parte de una asociación
Los pacientes y enfermos directos pueden encontrar un entorno de apoyo y de pertenencia a través de una asociación seria que cuida de sus miembros a través de la organización de reuniones periódicas, acciones de apoyo o comunicación continua. En ese caso, consulta cuáles son las asociaciones disponibles en tu provincia.
4. Tiempo de ocio
Puede ocurrir que las expectativas y posibilidades de planes cambien en esta etapa de la vida. Sin embargo, el ocio siempre tiene que estar presente en la vida de un paciente de parkinson porque como ser humano necesita estímulos, compartir sus inquietudes, relacionarse con los demás, disfrutar de la vida y vivir emociones agradables. El ocio se experimenta también como una agradable evasión respecto de las preocupaciones asociadas a la enfermedad.
5. Fisioterapia para el parkinson
La fisioterapia es una disciplina terapéutica para los pacientes de esta enfermedad. Por ejemplo, un tratamiento especializado puede ser terapéutico para minimizar el malestar asociado a los dolores físicos y a la tensión corporal. La fisioterapia es nutritiva para mejorar la calidad de vida. Y conviene puntualizar que cuando el estado físico del paciente mejora, su propia salud emocional también crece.
6. Adaptación del hogar
Conforme la enfermedad avanza, el paciente puede estar más condicionado físicamente. En ese caso, es recomendable adaptar el espacio del hogar de forma funcional para reducir cualquier tipo de barrera arquitectónica que limita el desarrollo potencial del paciente. Al adaptar la casa a su estado actual, también mejora su autonomía. En ese caso, será necesario hacer alguna inversión para, por ejemplo, actualizar el baño.
7. Curso de Cuidar al Cuidador
No solo el propio paciente es importante. También lo son sus familiares. En ese caso, los cursos de esta temática son perfectos para recordar a los familiares directos que necesitan cuidar de sí mismos para poder acompañar al paciente en su proceso de superación de la enfermedad.Fuente: este post proviene de FISIOSTAR_Com Salud y Bienestar, donde puedes consultar el contenido original.
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